Prada colaboró con Miranda July para dar vida y transformar en realidad las conversaciones telefónicas imaginarias que se muestran en las imágenes fijas y en movimiento de la campaña. Carteles en grandes ciudades de todo el mundo (Milán, Los Ángeles, Nueva York, Londres y Bangkok) anunciaban un número de teléfono gratuito exclusivo que permitía al público interactuar desde sus propios dispositivos. Los usuarios podían llamar para hablar con Miranda July, o mejor dicho, con su voz, que se comunicaba con ellos según un guion preprogramado escrito por la propia Miranda.
Las conversaciones, que abarcaban desde consejos irónicos hasta charlas amistosas y situaciones surrealistas, contaban una historia individual determinada por la interacción: otra forma de diálogo.