La última fragancia de Prada evolucionó desde el concepto de una flor imaginaria creada exclusivamente para Candy. Por supuesto, Candy no puede tener cualquier flor. Su flor de fantasía debe ser única e incluir todas sus facetas: la ligereza de la fragancia la hará brillar y su elegancia primaveral resonará gracias a sus delicadas notas en polvo. Un suspiro final de calidez y de dulzura refleja la rica sensualidad de Candy.